Desperté, por fin, no sé dónde ni en qué condición. Lo único que me era conocido era la oscuridad eterna en la que llevaba sumergido toda la vida. Lo primero que hice fue llamarte, pero no era capaz de recordar tu nombre, aunque sí el tacto de tu piel, la suavidad de tu pelo y voz. Mis manos recorrieron mi cara, mi cabeza. La venda que la cubría me dio algunas pistas. Me levanté sin mediar palabra con las paredes o con mi propio cuerpo, no me sentía fuerte como para correr, pero sí podía caminar, aunque a duras penas. Me aventuré, apoyándome en solo Dios sabe qué a llegar a la pared, no sé cuantas veces tropecé con muebles o personas, mi único motivo para despertar había sido tu ausencia y ahora todas mis fuerzas estaban concentradas en encontrarte. Con frío, mareado, sintiendo mi cuerpo tan pesado como el plomo, pero con la fuerza de voluntad intacta. Solo quiero encontrarte, solo quiero volver a escuchar mi nombre de tus labios, solo te quiero a ti, conmigo. Que vue...
Un blog en el que puedes esncontrar muchos tips y ayudas para crear tus personajes o tu nueva novela